¿Qué son los daños punitivos?
Los daños punitivos son un tipo de compensación o daños que puede recibir en un reclamo por lesiones personales, además de daños económicos y daños no económicos.
Hay tres razones que justifican la imposición de daños punitivos: (1) para castigar a la persona por su mala conducta deliberada e intencional; (2) para prevenir o disuadir a él o ella de actuar de esa manera en el futuro; y (3) como un ejemplo para otros de que si se involucran en una conducta similar, tendrán que pagar un alto precio por ello. Por la tercera razón, los daños punitivos a veces se denominan “daños ejemplares”.
La ley de California permite la recuperación de daños punitivos cuando ha habido “opresión, fraude o malicia”.
- La opresión se define como someter conscientemente a una persona a privaciones crueles e injustas sin tener en cuenta sus derechos.
- Fraude significa deliberadamente tergiversar, engañar u ocultar algo para usurpar la propiedad o los derechos legales de la víctima.
- Malicia es dañar intencionalmente a otra persona, o actuar con desprecio deliberado de los derechos o la seguridad de otras personas.
Si una persona hirió a otra deliberadamente, la víctima puede tener derecho a daños punitivos. El asalto y la agresión son ejemplos de daño deliberado.
La negligencia, sin embargo, no lo es. En California, la negligencia debe considerarse “intencional y desenfrenada” para garantizar daños punitivos. La negligencia intencional y desenfrenada ocurre cuando una persona comprende completamente el peligro de una acción y que es probable que cause un daño sustancial, pero lo hace de todos modos.
La diferencia entre negligencia grave, negligencia “voluntaria y desenfrenada” e intención es difícil de probar y, a menudo, subjetiva. Un ejemplo legal de negligencia deliberada y desenfrenada proviene de un caso en el que un ingeniero ferroviario ignoró dos señales de peligro separadas y chocó contra otro tren. Un pasajero resultó herido y el tribunal responsabilizó al ferrocarril por la negligencia deliberada y sin sentido del ingeniero, porque él debe haber sabido que se produciría un daño sustancial al ignorar las señales.